3 de mayo de 2016
Bien sabido es que en más de una ocasión las marcas se asocian a una
celebrity para aprovechar su nombre, imagen,... y hacer difusión de su producto. Pero ¿ser una
celebrity quiere decir también ser un
influencer? ¿Como marca, nos interesa más un famoso que un
influencer? ¿Una
celebrity puede convertirse en un influencer?
Puede sernos de ayuda definir conceptos. Entendemos por celebrity aquella persona ampliamente conocida y que tiene la capacidad de atraer la atención tanto de la sociedad en general como de los medios de comunicación (por ejemplo: Madonna, Marc Màrquez,...). Sus seguidores son un grupo amplio, pero poco segmentado (contiene perfiles muy distintos entre si). Generalmente, el estatus de celebrity es puntual –esta relacionado con un evento en concreto, por ejemplo, El pequeño Nicolás- y solamente en determinadas ocasiones, la celebrity influye durante un largo período de tiempo.
Y un influencer o líder de opinión, ¿qué es? Es aquella persona que tiene una fuerte presencia y credibilidad en las redes sociales. Es capaz de generar reacciones, cambios de actitud u opinión en sus seguidores cuando habla sobre algún tema. Sus seguidores tienen un perfil muy definido, es un grupo bien segmentado. Por lo tanto, desde el punto de vista del marketing, puede provocar efectos positivos o negativos sobre una marca. Un líder de opinión tiene una trayectoria sólida, no es flor de un día.
En algunas ocasiones una celebrity puede convertirse en influencer. Esto pasa cuando un famoso es a la vez un profesional/experto en algún tema y acaba anteponiendo su know how (conocimiento) a su estatus de celebrity. Un ejemplo que todos conocemos es el de Ferran Adrià.
Por lo tanto, como marca nos interesará más tener como aliado un líder de opinión, por su capacidad de convicción y credibilidad, ante una celebrity que en el 90% de los casos se relaciona con una marca por intereses comerciales. Aparecer al lado de un famoso puede servirnos en un determinado momento para ganar presencia y visibilidad de nuestro producto, siempre y cuando controlemos muy bien el contexto en el que aparecemos y no se nos puedan atribuir valores indeseables a la marca. No obstante, hemos de trabajar para conseguir líderes de opinión, prescriptores de nuestro producto/servicio.