21 de diciembre de 2017
Hace ya unos años que el teléfono móvil se ha convertido en una extensión más de la persona. Lo llevamos encima todo el día: en la mano, en el bolsillo del abrigo, en la bolsa o en el brazalete para ir a correr y por la noche más de uno lo tiene a menos de un palmo de la mano -aunque no es muy recomendable. En definitiva, estamos enganchados a este dispositivo.
De todos modos, si lo analizamos desde el punto de vista del marketing y de la comunicación, el hecho de que las personas seamos adictos al móvil puede convertirse en una oportunidad. Los smartphones tienen la capacidad de mantenernos conectados de forma permanente con nuestro entorno. La vida pasa por el móvil: redes sociales, consulta del correo electrónico, aplicaciones para comprar en línea, apps de control del ejercicio físico, pago de las compras, gestión de facturas, gestión de dietas alimentarias, gestión de primeras citas… y si el móvil tiene esta capacidad de atracción de la atención de los individuos, ¿porque no aprovechamos este potencial y nos comunicamos con los públicos a través de este medio?
Cuando definimos una estrategia de comunicación digital es recomendable incluir también el teléfono móvil. Tenemos que trabajar para disponer de una base de datos con números de teléfono que nos permita enviar un whats app, un sms o un correo electrónico a los clientes o clientes potenciales y poder fidelizarlos. Tenemos que pensar en gráficas (anuncios) adaptados a las medidas de la pantalla de un smartphone. Tenemos que pensar en pequeños vídeos suficientemente animados para que sean reenviados entre amigos.
Llegan días de fiestas, de celebraciones… ¿has pensado como felicitarás a tus clientes? ¿Porque no lo haces vía whats app? ¿Y en el perfil de Instagram de la empresa, qué vas a poner? ¿Has adaptado la felicitación a las características técnicas de esta plataforma?... ¡Recuerda que aunque no comuniques, estás comunicando!