17 de Junio de 2015
El sector turístico está muy presente en Internet. La mayoría de nosotros hace ya un tiempo que buscamos en la red información y/o comentarios sobre las salidas o viajes que queremos hacer y no únicamente esto, sino que la mayoría de los servicios turísticos los contratamos en Internet.
En Internet, este sector ha encontrado el mejor escaparate para estar presente en la mente de sus públicos, 24 horas al día, 7 días a la semana y 365 días al año. No obstante eso, su presencia no simpere es la que desearían estos públicos. Si dejamos de lado las páginas web –hay muchas que no cumplen con los requisitos actuales (diseño responsive, posicionamiento, uso intuitivo…)- las redes sociales han sido y son una opción para muchas de estas empresas, aunque en muchas ocasiones hacen un uso poco adecuado de ellas.
Uno de los principales errores es el de utilizar las redes sociales como canal de comunicación por el simple hecho de que son gratuitas. Las compañías que no quieren asumir el coste de construcción de una página web encuentran en las redes sociales una buena opción para estar en contacto con los clientes sin coste. Una decisión que contiene una doble equivocación.
En primer lugar, pensar que las redes son el sustituto de la página web. No lo son, porque la página web – siempre que abonemos el coste del dominio y alojamiento- es un espacio propio donde es posible colgar todo lo que queremos. Podríamos decir que es nuestra casa y, por lo tanto, somos los únicos y máximos responsables. Y nuestro objetivo debería ser que la gente viniera a nuestra casa y encontrara toda la información para convertirse en clientes satisfechos. En cambio, las redes sociales son un espacio de encuentro entre nosotros y nuestros públicos donde podemos compartir conocimientos, experiencias y recoger información, pero no es nuestra casa, sino que debemos entenderlo más como el bar del pueblo.
Y el segundo error es pensar que son gratuitas. Lo único que es gratuito es la creación de la cuenta, pero… ¿y las horas que vamos a dedicar a ello? ¿Qué no cuestan dinero nuestras horas?
El error de la gratuidad conduce a otro fallo que es el de pensar que como no pagamos nada, podemos abrir cuentas en todas las redes sociales existentes, sin saber si vamos a disponer del tiempo y de los recursos para mantenerlas actualizadas. Y lo hacemos sin tener en cuenta que una mala presencia en las redes puede ser peor que el hecho de no estar presente.
Todo junto genera que muchas de las empresas turísticas no tengan una buena presencia en las redes sociales. Y si os preguntáis qué sería necesario hacer para que la presencia fuera la correcta, estos son algunos de los puntos que creemos que es recomendable tener en cuenta:
- Los públicos a los que queremos dirigir nuestra comunicación
- Saber si estos públicos utilizan las redes sociales como medio de comunicación
- Conocer en qué redes están presentes nuestros públicos
- Entre las redes que nos interesan para los públicos, escoger las que seamos capaces de mantener correctamente actualizadas
- Definir los objetivos que queremos conseguir
- Definir una estrategia de contenidos para conseguir los objetivos
- Establecer una metodología y planificar la actualización diaria
Evidentemente, cada empresa tiene sus casuísticas específicas, pero desde un punto de vista general podríamos decir que…
- En el Estado Español 14 millones de personas, entre 18 y 55 años, se conectan habitualmente en las redes sociales
- De estos, un 96% están en Facebook, un 56% en Twitter y un 66% utiliza Youtube
- Un 62% de los que se conectan en las redes dicen tener en cuenta los comentarios que encuentran y influirles en el momento de tomar decisiones sobre productos y servicios.
- Facebook, Youtube e Instagram son las redes sociales más visibles y, por lo tanto, las más adecuadas para el sector turístico.
- Twitter es una buena red para ofrecer contenidos y también como canal de atención al cliente.
Por lo tanto, utilizar las redes sociales como herramienta de comunicación es una buena decisión, siempre que se actúe después de definir una estrategia y planificar el día a día para evitar el abandono de las cuentas y, por lo tanto, la creación de una mala reputación. Estar por estar, nunca es una buena opción.